Un paso hacia la digitalización de la poscosecha

La sociedad digital es el gran plan de la Unión Europea, por esa razón ha creado específicamente el plan Next Generation EU, que se trata de una herramienta de recuperación temporal dotado de 800.000 millones de euros para la recuperación de la pandemia y hacer las sociedades y economías europeas más sostenibles y preparadas para el reto de la transición ecológica. La piedra angular de este plan es el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, uno de los pilares más importantes de este proyecto es la digitalización industrial de los países.

En España se centra en cuatro ejes que dan lugar a diez políticas palanca, uno de ellos es la Palanca V: Modernización y digitalización del tejido industrial y de la pyme, en la cuestión de la cadena agroalimentaria, logística, comercio, turismo o salud.

Para pode llevar a cabo estas propuestas, la CEOE propone trabajar en el desarrollo de las nuevas tecnologías y con ello el Plan digital 2025: la estimulación de la digitalización de la cadena de valor alimentaria mediante el uso de nuevas tecnologías para que sea más eficaz, sostenible y competitivo.

Este plan posee tres procesos:

La captación de información. La industria 4.0 está cambiando la forma de la captura de datos totalmente automatizados y generalizados, relacionadas con internet, junto con el desarrollo de nuevos sensores. La captación de información es esencial para la mejora y el éxito.

Valorización de la información. El uso de herramientas cognitivas y de análisis avanzado en el apoyo de toma de decisiones y mejora la trazabilidad. Se plantea utilizar modelos matemáticos de comportamientos y simulación en líneas productivas a partir de datos reales para prever los comportamientos en el futuro de dicha línea, además de tener el control de la trazabilidad de las materias primas para hacerla más confiable.

Mejora de procesos. Se quiere desarrollar programas de gestión óptima de procesos productivos que permitan ser más seguros, en menor tiempo y de mayor calidad; al igual que sistemas de producción eficientes e inteligentes para aprovechar los recursos, incrementar el ahorro de costes y minimizar los defectos de fabricación.

El primer paso para la digitalización en el sector agroalimentario es la toma masiva de datos; ya que, a mayor cantidad de datos, mayor será la precisión que obtengamos en cuanto a la toma de decisiones, que ayudará a su análisis y su resumen en pocos indicadores objetivos que sean realmente útiles. Para poder realizar esta toma, se necesita de una amplia gama de sensores y medidores tanto de caudal, presión o humedad, entre otros.

Una vez recogida esa cantidad de datos se debe interpretar, analizar y valorizar la información, cuyos principales objetivos son:

  • Directamente como registro de trazabilidad de los procesos realizados, las condiciones y los productos utilizados.
  • La toma de decisiones instantáneas para el control de los procesos en tiempo real: ajuste de humedad y temperatura, de caudales productos, etc…
  • Predicción para toma de decisiones a medio plazo, como la detección de tendencias o la proyección de evoluciones.
  • Autoaprendizaje y autoajuste mediante técnicas de inteligencia artificial.

Por último, todas estas funciones de las que hemos hablado se llevarán acabo sin ningún operario, así se descargarán de manera rutinaria e incluso de habilidades técnicas especiales, es necesario que su acceso sea sencillo.

La digitalización industrial ya es una realidad y no se trata de una opción, se trata de el medio por el que se llegará al éxito o a la supervivencia del sector en un mundo cada día más cambiante e incierto.

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